lunes, 27 de agosto de 2012

SE DECLARA PATRIMONIO CULTURAL EL DÍA DE LOS MUERTOS EN MIXQUIC.




Y un día más prosigo con la ardua tarea de completar las veinte entradas del dichoso blog que me lleva de cabeza…pero bueno acabo de asomarme al balcón y ver como la gente se derrite bajo este poniente pegajoso y el estar aquí deja de parecerme tan terrible.
Un tema que no había tratado hasta ahora es el del patrimonio cultural, generalmente cuando pensamos en patrimonio cultural se nos vienen a la cabeza iglesias, catedrales, momias y brazos de santo putrefactos, pero  existe también otro tipo de patrimonio cultural, el patrimonio cultural inmaterial, como por ejemplo tradiciones, costumbres o celebraciones de distintas culturas. Para explicarlo más técnicamente podríamos decir que:
El patrimonio cultural [     ][]es la herencia cultural propia del pasado de una comunidad, con la que ésta vive en la actualidad y que transmite a las generaciones presentes y futuras.
 Es decir, todos los bienes y valores culturales que son expresión de la nacionalidad" o identidad de un pueblo, "tales como la tradición, las costumbres y los hábitos, así como el conjunto de bienes inmateriales y materiales, muebles e inmuebles, que poseen un especial interés histórico, artístico, estético, plástico, arquitectónico, urbano, arqueológico, ambiental, ecológico, lingüístico, sonoro, musical, audiovisual, fílmico, científico, testimonial, documental, literario, bibliográfico, museológico, antropológico y las manifestaciones, los productos y las representaciones de la cultura popular"[]
Por patrimonio arquitectónico se puede entender un edificio, un conjunto de edificios o las ruinas de un edificio o de un conjunto de edificios que, con el paso del tiempo, han adquirido un valor mayor al originalmente asignado y que va mucho más allá del encargo original. Este valor, puede ser cultural o emocional, físico o intangible, histórico o técnico.
Y bien, después de esta breve aclaración de conceptos hablaremos un poco sobre la protección del patrimonio cultural,  para ello está la UNESCO que se encarga de promover la identificación, protección y preservación del patrimonio cultural y natural de todo el mundo, el cual es considerado especialmente valioso para la humanidad.[]
Y volviendo al patrimonio cultural inmaterial cabe resaltar que la Unesco aprobó, el 17 de octubre del 2003, la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial",[7] que definió que:
Se entiende por patrimonio cultural inmaterial los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural.
Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana.

Y por ultimo añadir que  también cabe tener en cuenta como todos estos conocimientos, costumbres representaciones… se van actualizando y las transformaciones que van sufriendo con el paso del tiempo como también los nuevos que puedan ir apareciendo.

Y ahora  sí, vamos a pasar a hablar concretamente de lo que promete el titulo, que ya hora.
La Comisión de Cultura de la Asamblea Legislativa capitalina aprobó la propuesta de declarar a la celebración del Día de Muertos en el pueblo de San Andrés Mixquic, como patrimonio cultural intangible del Distrito Federal.
 En una reunión, los integrantes de dicha comisión aprobaron exhortar al Consejo de Fomento y Desarrollo Cultural de la ciudad para incluir esta celebración en la lista del patrimonio cultural, debido a que es una de las tradiciones populares que caracterizan a la sociedad mexicana.
 El diputado Leonel Luna, integrante de esa Comisión legislativa, subrayó que dentro de las festividades que se celebran en la capital, es relevante la que comienza el 30 de octubre y finaliza el 2 de noviembre, con la “alumbrada” en el panteón de este pueblo de la delegación Tláhuac.
Ciertamente esta festividad me resulta bastante interesante y he encontrado algo de información sobre ella:
El Día de Muertos en Mixquic, es una de las celebraciones más arraigadas en este poblado al sur de la Ciudad de México. Durante cuatro días, las calles y las casas de Mixquic se transforman en un espacio mágico, en donde conviven los vivos de este mundo con las almas de sus familiares muertos, para crear una fiesta única e inigualable.

El rito antiguo a Mixquixtli, la diosa de la muerte


En los pueblos del México antiguo, Mixquixtli o Miquiztli reinó en el mundo de los vivos y de los muertos. Fue la diosa que representaba la dualidad de la vida y la muerte, porque para que el mundo pudiera existir, debían rendirle tributo en su honor y la mejor manera de hacerlo era con sacrificios humanos.
Mixquixtli fue dadivosa y cruel a la vez. Por eso cada 365 días, en el pueblo de Mixquic se realizaba una celebración solemne en donde se le ofrendaba a los enemigos capturados en las guerras floridas y también había danzas, música, ricos manjares, hermosas figuras talladas en hueso o barro y todo lo embellecía el color de las flores.

Mixquic, lugar sagrado dedicado a la muerte

Mixquic es un lugar lleno de historia, tradiciones y leyendas. Su nombre significa “lugar en donde hay mezquites” y su fundación está documentada entre 1160 a 1168 d. C. Perteneció a la zona lacustre conocida como chinampera, en las inmediaciones de Xochimilco, en donde los pueblos prehispánicos tuvieron la habilidad de desarrollar la técnica de crear porciones de tierra firme para cultivo en medio de los lagos; a estos islotes artificiales de les denominaba chinampas.
La principal actividad de Mixquic en aquellos años tenía que ver con la parte religiosa, pues fue un importante centro ceremonial en donde se rendía tributo a la muerte bajo la representación de la Diosa Mixquixtli. Mixquic fue el espacio físico en donde se conjugó, la valentía de los guerreros con el honor de ser los donadores de su sangre para alimentar el alma de Mixquixtli e iniciar así su camino hacia el Mictlán.
Después de la conquista de los españoles, este rito hacia la muerte se transformó en la veneración católica a las almas de los fieles difuntos y, de esta manera, se creó un sincretismo religioso y cultural que ha sobrevivido hasta nuestros días, marcando así a Mixquic como uno de los pueblos más sorprendentes en el festejo del Día de Muertos en México.

El Día de Muertos y la llegada de las almas pequeñas

Los primeros en llegar a la fiesta son los niños. Para asegurar su llegada, los habitantes de Mixquic colocan en las fachadas de las viviendas o en la puerta de entrada un farol conocido como estrella de las ánimas, que sirve para alumbrar el largo camino de los muertos; además, los candelabros o velas blancas en las ofrendas también guiarán el arribo de los pequeños.
Los preparativos empiezan desde el 30 de octubre, cuando se levanta el altar en donde se colocan las ofrendas para los visitantes. Para el día 31 a las doce del día, justo cuando el sol alcanza el cenit, los repiques de las campanas de la iglesia anuncian el arribo de los pequeños visitantes y los familiares reciben a las almas de los niños que durante ese día convivirán con sus seres queridos, disfrutarán de los manjares preparados y jugarán con los juguetes que les han colocado en su honor.

El viaje de las almas adultas

Para el 1 de noviembre, a las doce del día, los niños dejan a sus familiares y se les despide con el repique lento y cadencioso de las campanas de la iglesia, que, de esta forma, anuncian la retirada y les desean feliz viaje en el camino de regreso. Una vez que los niños se han retirado, las campanas anuncian alegres la llegada de los adultos, que regresan a casa luego de un largo viaje.
Los familiares ya les tienen preparada su ofrenda con sal, agua y pan; además de los platillos que fueron los favoritos del visitante y también le agregan algunos tragos de pulque u otra bebida alcohólica, cigarros y flores de alhelí y cempasúchitl; además de sus herramientas de trabajo y un petate en el piso para que descansen y se repongan de las dificultades del camino. Así como de candelabros o veladoras negras y un sahumerio con incienso para relajar el espíritu del visitante.
Después de disfrutar los aromas y la esencia de la vida terrenal con su familia, las almas de los adultos dejan nuevamente este mundo. El 2 de noviembre se les despide con doce repiques de las campanas de la iglesia de San Andrés, recordándoles que esta es su casa para que vuelvan nuevamente el próximo año.

La alumbrada en el panteón

El ritual del Día de Muertos en Mixquic, continúa en el panteón con la alumbrada de las tumbas de los seres queridos. Una vez que las almas de los muertos se han ido, los familiares se reúnen en el campo santo para adornar con flores y colocar cirios en el lugar de reposo de las personas muertas.
Durante la noche del día 2 de noviembre, el cementerio pierde su aspecto lúgubre y se ilumina con la luz de las velas y la alegría de las personas que acompañan a sus muertos con rezos y plegarias, motivados por la satisfacción de haberlos recibido como se merecen y recordándoles que siempre serán bienvenidos en este mundo, ya que es su casa.
Todo termina el día 3 de noviembre, cuando los vivos empiezan a extrañar nuevamente a los muertos luego de la reunión espiritual. Así, las almas de los difuntos disfrutan, año tras año, de su regreso a lo que, en vida, fue su casa y su origen.
Y la luz de las velas y el resplandor del color amarillo de los pétalos de la flor de cempasúchil siempre estarán listos para señalarles el camino de llegada, para que durante su estancia en este mundo, llenen de amor y de recuerdos los corazones de sus familiares y amigos, eliminando –aunque solo sea por una horas-, la distancia interminable que existe entre la vida y la muerte.
En definitiva, nada que ver con nuestro “ Día de todos los Santos” que ahora se ha convertido en una especie de versión cutre de Halloween. Pero de todos modos me alegro de que lo hayan declarado patrimonio cultural, celebraciones como está no deberían perderse nunca, espero poder verla algún día.

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